Un no, me aprieta el corazón,
es como si las vértebras se me achicaran.
Anda, ¿qué te cuesta? No jodas.
Sí, cuesta mucho, porque...
El humo de tu tabaco nubla mis ojos.
La botella aún media llena que no se acaba.
Mi cuerpo se marchita en la espera...
Nunca sabes qué va a pasar...
Pero el destino es una jodida perra,
juega conmigo y domina mis pensamientos y mis actos.
Es una rueda de la cual no puedes escapar.
Quizá otro vaso de vino sea la solución...
No hay comentarios:
Publicar un comentario